Querida
amiga:
Déjame
contarte un poco mi historia, sé que probablemente creerás que lo que digo es
una locura, pero, ¿es que acaso la verdad no lo es?
Hace
50 años, vivíamos en un mundo que jamás pudimos haber imaginado, éramos la
perfecta adaptación del 2015 que se mostraba en la película de Back To The Future. Los viajes a la luna
ya no eran solo un sueño; la creación del Immudiem,
sustancia capaz de alargar los años de vida y erradicar enfermedades fue el
invento del siglo y lo mejor de todo: Los childbots(máquinas
aparentemente humanas con capacidades
sobrehumanas , creadas para facilitar el trabajo de los humanos) ¿trabajo pesado
o arriesgados? Era cosa de ellos. No
todo era perfecto, la contaminación y pobreza era algo que aún se veía, algunos se hacían la vista gorda mientras
otros seguían en la lucha. En fin, el mundo avanzaba y nosotros con él.
Podría
decirte que esto lo escribo desde mi fiel Samsung Galaxy Tab 2.0, pero no es
así, la deje atrás mientras trataba de salvar mi trasero. Mientras los
científicos se especializaban en hacer más inteligente la tecnología, los
humanos se dedicaban a volverse más idiotas e ineptos, volviéndose incapaces de
sobrevivir al fin del mundo.
Aunque
muchas personas lo imaginaron, nadie supo cual fue el momento exacto en que
todo se vino abajo. Puede que el terremoto que sacudió gran parte de América
haya sido un inicio, o el Tsunami que hundió la mitad de Asia. Nadie se imagino
que el fin del mundo se acercará al mismo tiempo que una rebelión. Las
máquinas, como podrás saber, atacaron a la humanidad en su momento de
vulnerabilidad. La humanidad se dividió 4 partes: Los afortunados que murieron
en los desastres naturales; los que murieron masacrados en la rebelión de las
máquinas; los que fueron sometidos y esclavizados; y luego estamos nosotros:
los que vivimos escondiéndonos, esperando un milagro que le devuelva a la
humanidad el control de su planeta. Pero es difícil cuando la naturaleza te da
la espalda y tu propia creación quiere sacarte los ojos.
He
pasado la mayor parte de mi vida escapando, sin un lugar exacto al que ir. La
civilización les pertenece a las máquinas y la naturaleza… bueno, simplemente
decidió que ya no merecíamos lo que nos ofrecía.
Estamos
en el año 2064, 25 años después del fin del mundo, 20 años después de la
rebelión de las máquinas. Y me preguntó si esto podrá ayudar en algo, ¿podrás
leerlo? Mi cuerpo aún no está cansado de escapar, pero mi espíritu sí. Decidí
regresar a mi antigua casa, donde solía vivir antes de que todo empezara. Al
entrar, casi no reconocí el lugar, las devastaciones provocadas por el huracán
Mireia habían sido restauradas, a decir verdad, todo era nuevo. Pero eso no
evito que antiguos recuerdos vinieran a mí, imagine a Buni, mi gata y Biff, el
perezoso pastor alemán correteando por el pasillo de entrada, avance hasta
llegar a la sala y lo imagine a él, recostado en el sofá absorto en su vieja computadora.
Lágrimas caían por mis mejillas cuando la imagen del pasado se borró y la
realidad del presente de deslizo como agua helada por mi espalda. Seguí
avanzando hasta llegar al balcón, sorprendida de que mi vieja mecedora aún se
encontraba en su lugar de siempre. Regresé a la sala de estar en busca de una
tablet, encontrándome con una nueva y mejorada versión de la que alguna vez
tuve, regresé al balcón, sentándome en la mecedora. Encendí la laptop y me
maravillo con el hermoso sonido de la alarma activándose, aquella que informa a
las máquinas de mi presencia. Tengo 20 minutos antes de que lleguen, me
recuerdo. Y así he estado mientras te escribo. Tengo 68 años y no estoy tan
decrepita como debería, el Immudiem ha hecho bien su trabajo al
mantenerme en forma.
Querida
versión de mí que no conoce el dolor y fracaso, me gustaría que no pasaras por
este futuro que te he descrito. Y es que a estas alturas ya debes de haber
adivinado quien soy.
Soy
la versión de ti que supo lo que era la valentía al mismo tiempo que el miedo,
tu versión del futuro. No eras el futuro que te esperabas ¿verdad? Desearía
poder decirte más, pero ellos ya vienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario